Polaridad

Voy creando mi realidad y cumpliendo sueños, pintando en mi mente y admirando en mis ojos. He vivido intenso este poco tiempo que narra la edad de esta fisicalidad y voy consciente de mi lugar, de lo que me rodea y me siento una niña y me siento una mujer. Y soy vulnerable y fuerte a la vez. Se me estruja el corazón destilando lágrimas que se sueltan al vacío. Me abrazo sabiendo que soy lo único que tengo, que todo el resto es solo un sueño, es solo un momento fugaz, que no me pertenece nada y que todo lo invento. La sonrisa, mis ojos, todo lo heredé del universo, de la tierra. Soy de los elementos, del viento vengo y así mismo voy, con él, soplando y sintiendo lo que toco, avivándolo, dándole aliento al camino. Cada que camino, mis pies me recuerdan que siempre me llevarán a los lugares donde mi ritmo se sincroniza con mis latidos y experimento el sentido. Porque temor a qué, si todo a lo que le tuve miedo algún día ya fue. Si hay un ángel guardián que me cuida hasta que llegue mi día, el miedo no es a morir sino a no lograr vivir. A conformarme y no indagar en la búsqueda de una verdad más grande y profunda.

Hay días en que me agacho como un flor marchita, se me cae un pétalo o dos, los párpados pesan y los hombros también. Riego gruesas lágrimas en la tierra cargadas de resiliencia y al día siguiente, cuando sale el sol, dejo que mi tallo se enderezca nuevamente y soy un ciclo que nos representa; la polaridad.